Introducción Artes Visuales

“Todo se resume en esto: tener sensaciones y leer la Naturaleza”





La búsqueda de una representación por medio de la pintura y escultura sufrió los mismos cambios que los contextos que acompañaron a los artistas; pasó de buscar la imagen de un Dios y sus leyes a lograr identificar al humano perfecto en el que su cuerpo equivale perfectamente a ocho cabezas apiladas. Podemos detenernos en lo pre-renacentista y estudiar a fondo qué podríamos considerar arte: una corona hecha por mesoamericanos para un ritual religioso que terminado este fue descartada, ¿es el objeto una obra de arte? ¿responde a lo que hoy, con nuestra mirada de sociedad moderna casi inquebrantable, identificamos artístico? ¿Por qué un encargo de la familia real a Velázquez lo es pero una vasija datada antes de Cristo no podría serlo? 

Lo que sucede luego del Renacimiento es un quiebre en la forma de percibir al arte, y es justamente porque se lo empieza a concebir como tal, y no como un objeto o medio útil. Es interesante que hoy podamos entrar a un museo y ver una exposición de objetos que la población que los creó en su momento los descartó (o escuchar comentarios que presuponen que el arte de Picasso lo puede hacer su hijo o su sobrino). Lo que supusieron las vanguardias se lo deben a las bases que el renacimiento sentó, de otra forma no hubieran tenido qué romper. Los impresionistas quebraron el color, dejaron a la naturaleza en un plano altísimo, con sus colores vívidos formados desde los opuestos-complementarios y trazos únicos. Picasso, para poder deformar la línea antes la tuvo que entender, observar y dibujar hasta el cansancio.

Hay que partir de la base de que el creador lo hace para él, no para un público, por más que el cuadro haya sido un encargo, por ejemplo, y “Las Meninas” de Velázquez lo deja bien en claro. Para poder observar hay que erradicar prejuicios, solamente dedicar la mirada lo más neutral posible el tiempo necesario, y solos van a ir apareciendo los detalles que van a hacer a la obra en su totalidad.

Como bien decía el gran maestro Paul Cèzanne, y remarco la cita inicial, para un artista surgir se necesita la observación minuciosa de la naturaleza, lo que la compone, una naranja puede ser la cabeza del hombre que después se retrata, es la base como lo es la teoría musical para poder tocar un instrumento. Abrirse a las sensaciones es la otra mitad, lo que hace falta para que cada trazo y obra sea única, para que el artista lo pinte como él lo ve, con sus sombras y luces, y para ello es necesario dejarse fluir por la observación para que atraviese el ser. 

No soy más que una persona que siente un profundo interés en el arte y, por supuesto, orientado a lo visual. Creo, casi con seguridad, que el arte siendo abordado desde su historia y su práctica, permite expresar con libertad, siendo la única herramienta que no pone límites, que se puede retrucar y darle un giro, y como dice Èlie Faure “... cuando uno posee esta fuerza en sí, ya puede irse solo.”



Micaela Fuscaldo