El sonido en su viaje a través del tiempo, producido por la intención humana, permanece como una de las formas de expresión más puras.
La práctica antigua de utilizar los instrumentos disponibles para dar vida a una obra musical, a la música, estructurando con la inteligencia los sonidos, com-poniéndolos, busca arribar a algo también distintivo de este arte: la emoción. Hay una profunda relación entre el sonido como entidad y el sentimiento como realidad interior. El corazón de la música es la emotividad auténtica, que se eleva incluso por su solo poder sugestivo a imágenes, ideas y relaciones en la mente. El movimiento, el cambio entre cada nota constituye esta emoción y este lenguaje mismo. La música abre y cierra realidades, apareciendo, desapareciendo y recurriendo; nos ofrece la libertad y la decisión. ¿De dónde proviene su misterioso poder de sugestión? Es la Amiga.
“Para ti entonces, permaneciendo en la grutas de la tierra,
prepararon fuentes de aguas inteligibles
nutriéndolas del espíritu de la Musa
en vistas del presagio de divina inspiración:
y ellas, al ras del suelo,
haciendo brotar aguas a lo largo de
todos procuran a los mortales
desembocaduras incesantes de dulces arroyos.”
(Himno a Apolo)
No es sólo placer, es revelación y hasta revolución.
Esta sección estará dedicada tanto a la difusión y discusión de la música desde varios ángulos como a la publicación de obras musicales propias, en este caso, del presente escritor, Gonzalo Smaniotto, músico en proceso, estudiante de piano clásico en España.
Manténgase activo el pulso de la creatividad como camino de vida.