Crítica a la fenomenología budista - I

 Gonzalo Smaniotto

    La fuente de este análisis es mi lectura directa de las escrituras budistas originales.

    La manifestación más detallada y completa de la fenomenología budista se encuentra quizás en el Satipatthana-Sutta, el Discurso de los -Cuatro- Fundamentos de la Atención, en el cual se explica la "flor de la presencia". "Sati" es uno de los ocho eslabones del Noble Camino Óctuple, el cual, a su vez, en el corpus conceptual del budismo, constituye la Cuarta Noble Verdad. Hay varias traducciones para aquel atributo; algunas son atención, presencia, conciencia (de). 

    "Y, bhikkhus, ¿qué es Recta Atención? Aquí, bhikkhus, un bhikkhu mora contemplando el cuerpo, enérgico, comprendiendo claramente y atento, removiendo la codicia y el pesar en el mundo. Mora contemplando la sensación en las sensaciones, enérgico, comprendiendo claramente y atento, removiendo la codicia y el pesar en el mundo. Mora contemplando la conciencia en la conciencia, enérgico, comprendiendo claramente y atento, removiendo la codicia y el pesar en el mundo. Mora contemplando el dhamma en los dhammas, enérgico, comprendiendo claramente y atento, removiendo la codicia y el pesar en el mundo. Esto, bhikkhus, se denomina Recta Atención."

    En aquel sutta se desarrolla qué contiene cada uno de esos cuatro elementos, y nos topamos con otro misterio interesante, en el cuarto de ellos: el dhamma y los dhammas. En singular, Dhamma se traduce como el Camino supremo, la verdad revelada, y en plural, puede interpretarse como "(los) fenómenos". Y justamente en esta parte están las raíces básicas de la Enseñanza: las Cuatro Nobles Verdades, entre otras. 

    Así pues, en dicho escrito se expone lo que puede considerarse la fenomenología budista, explicando, como una flor, creciendo gradual y progresivamente, aquello a lo cual uno debe prestar atención, de lo cual cabe ser consciente. Empezando con la conciencia del cuerpo; postura, respiración, hasta el cementerio. Y siguiendo con lo citado. 

    Ahora bien, como el título anuncia, esto será más una crítica que un estudio de las bases de la doctrina, apoyándonos en tal fuente como punto de análisis, entre otros potenciales. 

    Indico, para comenzar, mi objeción principal: el budismo es una filosofía negativa, empezando por sus cimientos ontológicos y éticos. Veamos, como se dijo, la semilla fundamental de la doctrina: las Cuatro Nobles Verdades, las cuales constituyen nada menos que la base esencial metafísica que da sentido a todo lo posterior. En nuestro sutta, se hace el camino inversamente: se acaba con lo básico y se empieza con lo más, por así decirlo, exterior. Pero la Primera Noble Verdad, es la verdad del sufrimiento, de la insatisfacción intrínseca de todo aquello que recae en el campo fenoménico estudiado y detallado en los escritos -Dukkha. Me remito a otra fuente, más esencial aún: el Anatta-lakkhana Sutta, el segundo discurso que proclamó Buda ante los ascetas tras su iluminación; en el primero, el Dhammacakkappavattana Sutta, de la Puesta en Movimiento de la Rueda de la Doctrina, expuso las Cuatro Nobles Verdades, junto con la característica esencial ontológica de la impermanencia -"[...] surgió en el Venerable Kondañña la pura e inmaculada visión: 'Todo aquello que está sujeto a un surgir está sujeto a un cesar'."-; y, en el próximo, se concentra en las tales características del no-yo -Anatta- y, de nuevo, la impermanencia -Anicca. Así pues, se completa la Primera Noble Verdad, que indica la cualidad intrínseca de la insatisfacción de las cosas, con las otras dos, del no-yo y de la impermanencia: estas son las bases de la fenomenología budista. Todo, luego, se trata de la trascendencia de esos tres, digamos, vacíos negativos. La Segunda Noble verdad es Dukkha Samudaya, del origen de dukkha, siendo ese Tanha, el deseo por la existencia y la no existencia, aferro y rechazo. La Tercera, Dukkha Nirodha, de la cesación de dukkha; el abandono y la liberación de aquel deseo. Y la Cuarta, como ya se dijo, el Noble Camino Óctuple -el camino medio- que conduce a tal cesación, en el cual no me explayaré.

    Bien; contando con las bases doctrinarias, podemos proceder al desarrollo de la crítica.

    Antes, una observación digna sobre la visión ética de la vida humana en el budismo. Una gran parte de los escritos se basan en diálogos entre el Despierto y discípulos, personas aún no despiertas, pero aspirantes a. Así pues, en los desarrollos del discurso de Buda, está más presente la distinción de clases de seres humanos, no entre despiertos y dormidos, sino entre dueños de casa y aquellos que "se han ido" -Pabbajja, irse, 'to go forth', 'those who have gone forth'-, siendo estos últimos los auténticos monjes, bhikkhus, los aprendices de la doctrina. Intento con esto alumbrar el carácter de abandono de una "vida social normal" si cabe, de renuncia y ascetismo del budismo auténtico, aunque en el primer discurso se diga que el camino se encuentra en el justo medio entre el hedonismo y el ascetismo, enfocando estos conceptos desde lo carnal.

    ¿A qué me refiero entonces con que el budismo es una filosofía negativa desde sus cimientos ontológicos y éticos? A que la verdad y el camino que expone no indican lo que es, sino lo que no es ni debe ser. Podría parecer que hay un contenido positivo en el desarrollo del Noble Camino Óctuple, indicando cualidades positivas -Recto Entendimiento, Recta Habla-, mas, si nos remitimos a nuestra fuente básica, vemos que la definición de ellas se da a partir de lo negativo: el primero de los dos dichos se aplica a las Cuatro Nobles Verdades -a entenderlas-, y la segunda, textualmente, constituye "Abstención de mentir, abstención de lenguaje difamatorio, abstención de lenguaje áspero y abstención de lenguaje frívolo" -todas, indicaciones sabias, pero esencialmente negativas (en sentido lógico, no moral).